viernes, 8 de mayo de 2015

La esclava - Fanfic #2

Hola chicos ¿cómo están?
Ya bueno, esta entrada es para decirles unas cuantas cosas:
Lamento EN SERIO lamento no haber publicado una reseña ultimamente, estaba finalizando cuatrimestre de U  y ciertamente no pude. Por más que quise no pude leer nada...
Entonces... 
Ya estoy de vacaciones espero leer unos libros que me recomendaron y traerles la reseña :3 ...

Y bueno también quería comentarles que cree  una nueva historia  en wattpad, que realmente espero que la gente lea, todavía tengo mi anterior Fanfic y lo voy a seguir pero igual se me ocurrió este así que bueno ¿por qué no? ...
Para los interesados en leer acá les dejo el prólogo:

Esta no es mi historia por contar... Sin embargo con estos escritos espero que la humanidad o quienes nos procedan sean capaces de recordar y entender una de las historias más emotivas que ocurrieron durante la época de la post-guerra. Nuestro gobernante se enamoró. De una esclava. Pero no fue sencillo. No fue lindo. Y no tuvo un final feliz. Pero primero les contaré lo que ocurrió. El mundo como lo conocíamos dejó de existir, lo primero que perdimos fue el agua. Esto dio inicio a la Tercera Guerra Mundial. Los países desesperados comenzaron a crear soldados genéticamente modificados, para ganar la guerra por el agua. Sin embargo el mundo no lo resistió. Cien años después pasamos de ser novecientas cincuenta y tres punto siete millones de personas habitando América, a tan solo dos millones de personas. Agrupados dentro de unas murallas que crearon para protegernos del resto del mundo que quisiera hacernos daño. O eso decían. Algunos de los soldados genéticamente modificados se auto-nombraron gobernantes. Se hacían llamar Los Ecers... Esclavizaron al mundo. Tanto humanos como mutados. Eran despiadados. No sabíamos si existía vida, más allá de las murallas, pues nadie se atrevía a irse. Pero apostábamos a que sí. Pues los exploradores seguían llegando con más esclavos. Y así fue como conocimos a Soona.

Prólogo: Testimonio de un simple esclava...

Después de la tercera guerra mundial, la raza humana se vino abajo.
La vida en la tierra como la conocíamos desapareció. Surgieron nuevas especies. Y la cadena alimenticia cambio. Ya no eran los humanos los que se encontraban en la cima. 
Era una nueva era. 
Con la falta de agua el mundo se deterioró. Los paisajes cambiaron, sus exuberante verdes se perdieron, las hojas de los árboles se secaron. Todo murió. Decían que nos habíamos reducidos a dos tipos de parajes el desierto con ventiscas de arena espontaneas o el permafrost con su nieve continua, la tierra ya no era un lugar seguro.
Los fuertes decidieron tomar el control de lo que quedamos.
Si, de los que quedábamos, pues después de haber novecientas cincuenta y tres punto siete millones de personas habitando América, se especulaba que nos reducimos a tan solo quince millones de personas. 
Todas ellas esparcidas en su mayoría en América del Norte o eso creíamos. Lo que una vez había sido conocido como Estados Unidos y Canadá. Ahora se mezclaban, con sus suelos irreconocibles. Donde los sobrevivientes al apocalipsis se refugiaban. Ya no existía límites según los países ahora éramos todos una gran tierra. Tratando de sobrevivir en comunidades. 
Pero las comunidades no siempre son perfectas, no para todos al menos. 
Los grandes edificios, rascacielos y monumentos habían desaparecido. El único lugar en el que todavía existían edificios de más de tres pisos de altura era en la capital. 
Aram. 
Su significado, Tierra. Para definir la nueva Tierra. 
Era una manera de levantar el espíritu de los esclavizados supongo. O tal vez una simple broma. 
Ocho punto cinco millones de habitantes era de lo que se alimentaba Aram. 
Edificios que no superaban los siete pisos de altitud rodeados de desierto y limitados por unas inmensas murallas de cuarenta metros de altura. 
Sin electricidad, ya que los líderes votaron que era mejor conservar recursos y librarnos de la electricidad. No era un recurso que nos hiciera falta. Y desperdiciábamos muchos, en su producción y distribución. Por lo que era como si hubiésemos regresado en el tiempo. Solo que con un mundo peor. 
Los antiguos dicen que si las personas que habitaron la antigua tierra hubiesen considerado esto, tal vez el mundo no hubiese muerto como lo hizo. Pero no pensábamos en ello, desperdiciar el tiempo en lo que pudiésemos haber hecho, ya no valía la pena. El mundo ya había cambiado. Y las especies en el también. 
No sabíamos si existía vida, más allá de las murallas. Pero apostábamos a que sí. Pues los exploradores seguían llegando con más esclavos. Pero no comprenderías de lo que hablo si no te explicase qué había pasado.
Los seres que regían esta tierra no eran humanos. 
Se dice que alguna vez lo fueron, en un tiempo donde el agua era un privilegio que billones de seres humanos poseían. Algunos murmuran que fueron experimentos durante una época de guerra de la que no fuimos testigos, prisioneros de ejército o simplemente voluntarios. Otros dicen que fueron los sobrevivientes de una batalla nuclear. Cuyo resultado fue la creación de una nueva raza de humanos. Nadie lo sabe con exactitud.
Lo que sí se sabe, es que de esos quince millones de personas, seis millones ya no eran más humanos, las guerras nucleares o los experimentos los habían alterado. El tiempo no les afectaba igual que a los seres humanos. Se rumoraba que nuestro gobernante tenía más de ciento cincuenta años. Se decía que eran sobrevivientes, personas entre las personas que habían nacido con el gen para a travesar un guerra nuclear y no morir sino cambiar, adaptarse y mejorar. O eso querían hacernos creer. Se llamaban a sí mismos los Ecers. 
Al menos los gobernantes de nuestras tierras. Porque sabíamos que existían más mutantes, pero no sabíamos dónde se escondían. 
En la mayoría de ellos su apariencia física no había cambiado, si los mirabas de lejos, no notabas nada fuera de lo común en ellos. Podían hacerse pasar por un ser humano común y corriente. Pero al hablar con ellos su sola presencia era devastadoramente intimidante. Lo que había cambiado era el desarrollo de su cerebro. 
Se dice que las guerras o los experimentos en ellos habían mutado su cerebro. Permitiéndoles controlar los elementos. Viento, Tierra y Agua. 
¿Te imaginas a un soldado, en una época de guerra, capaz de controlar lo elementos? 
Se decía que eran armas masivas y que habían contribuido al deterioro del mundo.
En la nueva tierra sus rangos dependían de su capacidad para controlarlos. 
Los Ecers líderes, nuestros gobernantes era tierra. Considerados más importantes ya que eran por alguna extraña razón los más capaces de manejar el elemento. Habían reconstruido edificios de los cimientos, alzado la muralla y se habían “ganado” el puesto. 
Los guerreros/guardianes destacaban en viento, si manejo era básico, más que todo de defensa por eso habían sido designados como guardianes. 
Luego estaban los exploradores. Eran tipo viento que habían aprendido a controlarlo para ganar velocidad y agilidad. Por estas razones fueron designados como exploradores, ya que eran los encargados de buscar resistencias y esclavizarlas. Ellos regresaban a la ciudad y vendían lo que habían sido capaces de encontrar. Era un trabajo peligroso, pues muchas de las resistencias poseían mutantes realmente poderosos, por lo que muchos exploradores morían. Pero dependiendo del esclavo, se vendía muy bien por lo que ganaba bastante. 
El elemento agua era escaso. Uno que otro esclavo, pero nadie realmente había sido capaz de manejar el agua. Era un poco inútil si se pensaba pues, nadie realmente quería desperdiciarla. 
Y por último por supuesto, estaban los esclavos. En un inicio habíamos sido solo simples humanos que no podíamos sobrevivir solos. Arrimados a los mutantes por algo de protección y alimento. 
En un principio había funcionado. Fuimos felices por unos años. Conviviendo con los demás. Pero luego, los mutantes quisieron más. Formaron Los Ecers sabiendo que los humanos no seríamos capaces de sobrevivir al nuevo mundo sin ellos, por lo que nos hicieron sus esclavos. 
Muchos de los mutantes que no quisieron levantarse fueron asesinados. Otros huyeron antes de que se formaran las murallas. 
Era lo mejor.
Todavía vida más allá de las murallas era considerada resistencia de la capital Aram. 
La palabra rebelión les quedaba grande, no luchaban por los esclavos en la capital. Pero se negaban a esclavitud y a ser encadenados. Humano o mutante, preferían su libertad. 
No se sabían cuántos pueblos existían fuera de Aram. Pero sabíamos de ellas.
Las amazonas.
Se rumoraba de un lugar llamado Pandora, una resistencia formada por mujeres mutantes. Nadie sabía dónde quedaba Pandora, pero sabían que existía. 
Esta resistencia era la más codiciada. Porque se decía que sus tierras no contaban con hombres. Eran numerosas y más sencillas de vencer. Además, se vendían mucho mejor las esclavas que los esclavos. Ya que la mayoría de figuras de poder en Aram eran hombres.
Muchas de ellas terminaban aquí. Los exploradores se encargaban de ello. ¿Cómo las encontraban? Nadie estaba seguro. Se decía que aún no llegaban a la base central de Pandora ya que las amazonas se movían constantemente, de ahí la labor de los exploradores de viajar por la tierra.
Eran hermosas esclavas. Las más codiciadas por su belleza. Algunas eran humanas y otras mutantes. 
Sus mutantes eran lo que los hombres más codiciaban. Se decía que habían sido experimentos genéticos de guerra. La combinación de ADN humano con ADN animal. Eran las únicas mutantes conocidas hasta ahora, que si las veías de lejos podrías identificar como tales. Destacaban por unas características.
Dos orejas de lobo y una cola. 
Soona era una de ellas. 
Una esclava más que llegó a Aram. Atrapada por ayudar. Codiciada y vendida. Era un ser esquicito. Un corazón salvaje, alegre y puro, que no pudo ser domesticado. Ella era un copo de nieve tocado por el Sol. 
Con su actitud burbujeante se ganó al gobernador, sin haberlo intentado. 
No culpo al gobernador, ella era un ser fácil de amar. 
Conocerla fue un placer. 
Esta no es mi historia por contar, pero considero, que merece ser escuchada por generaciones a través del tiempo. 
¿Te preguntares quién soy yo? Y yo responderé que no tiene importancia.
No fui nadie influyente en esta historia, una esclava más del montón. 
Pero soy quien daré testimonio de una aventura de amor.

Para los interesados en seguir leyendo acá esta el link ^^

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